1. La educación a distancia, en sus diversas modalidades, surge en el panorama educativo ya durante el siglo pasado, y se la menciona como “educación por correspondencia”, pero se desarrolla vigorosamente en los últimos años como respuesta a un conjunto de necesidades y de limitaciones con el fin de satisfacerlas o superarlas en forma adecuada:
El incremento vertiginoso de la cantidad de conocimiento disponible y utilizable;
El incremento constante de la cantidad de sujetos que desean acceder a niveles crecientes de educación;
La creciente demanda de personal con altos y diversificados niveles de formación;
La creciente convicción de que todos los participantes en el proceso educativo tienen derecho a recibir los mejores niveles de educación disponibles;
La necesidad de incrementar la capacidad productiva mediante el manejo de nuevas técnicas;
El potencial de las nuevas tecnologías disponibles, en particular las de cómputo e internet;
El imperativo de democratizar la educación, tornándola asequible a un número creciente de sujetos que la solicitan;
Las limitaciones, de infraestructura y personal de nivel adecuado, de los sistemas formales;
son algunos de los elementos básicos que llevaron al desarrollo de esta propuesta.
2. La educación a distancia se tornó viable a partir del desarrollo de medios, instrumentos y sistemas de transporte y difusión de mensajes, como resultado de los avances científicos y tecnológicos en el siglo pasado. Ya no sólo el correo, sino la radio, el teléfono, el facsimil, los enlaces mediante satélites, las redes informáticas y los instrumentos audiovisuales, facilitaron el desarrollo de la propuesta. Es decir, la educación a distancia no nació ayer, sino que tiene una larga trayectoria. Lo que si es nuevo, debido al progreso de las técnicas, es la llamada “e-learning”, que más bien debiera denominarse “e-teaching” si es que aceptamos el anglicismo, ya que la enseñanza puede realizarse utilizando medios electrónicos, pero el aprendizaje es siempre realizado por las redes neuronales que constituyen el sistema nervioso.
3. Al desaparecer, prácticamente, la relación interpersonal docente/alumno, así como la interrelación grupal entre alumnos, y con ello la posibilidad de una realimentación permanente entre ambos, se generan una serie de ventajas y desventajas que la práctica de la educación a distancia tiene que aprovechar y superar.
4. Las ventajas fundamentales serían las siguientes:
Es posible masificar los procesos de enseñanza y aprendizaje;
es posible respetar los ritmos propios de cada alumno, sin retrasar a unos o acelerar a otros;
no se requieren los niveles de infraestructura de los sistemas formales, con la consiguiente reducción de costos;
se pueden ajustar los plazos a la disponibilidad de tiempo de los estudiantes;
se estimula la iniciativa individual y se produce una mejor selección;
se incrementa la flexibilidad de los curricula que pueden atender la demanda;
se puede disponer del mejor, y más pedagógicamente ordenado, conocimiento científico, para ponerlo al alcance de todos los alumnos.
5. Las posibles desventajas más significativas serían:
La reducción, o pérdida, de los procesos de socialización en el aula y el grupo;
La pérdida del elemento gestual en el proceso comunicativo;
la falta de respuesta inmediata a los interrogantes que surgen en el alumno;
el hecho de que, con frecuencia, se mantienen estilos y pautas de la educación en aula que son disfuncionales para la educación a distancia;
la relativa escasez de instrumentos didácticos diseñados para, y adecuados a, la propuesta;
el problema de la realización de ejercicios o trabajos prácticos que pueden ser fundamentales para el proceso de internalización del conocimiento;
la carencia, hasta el momento, de sistemas de evaluación y seguimiento adecuados.
6. En estas condiciones resulta claro que la función del docente está sometida a notables modificaciones. Su actividad fundamental, aunque no exclusiva, se debiera centrar en el diseño de nuevos y más funcionales instrumentos didácticos y en el rediseño de los instrumentos de evaluación y seguimiento.
Y este es el mayor desafío pedagógico para los docentes que operan en el área de la educación a distancia.
7. Los sistemas de educación formal operaron casi siempre con un modelo teórico llamado de comunicación: Emisor-Medio-Receptor. Dicho modelo, que fué elaborado inicialmente como teoría de la información, deja en manos del Emisor la mayor parte de los parámetros de construcción de un mensaje: contenidos, nivel de los mismos, códigos, orden o estructura del mensaje, y momentos de emisión (horarios).
En dicho modelo el Receptor es pasivo y la realimentación (feed back) incorporada tiene como única función determinar el nivel de recepción y comprensión del mensaje, pero no lo modifica.
8. Si en la preparación de los elementos didácticos para la práctica de la educación a distancia se asume, a veces sin reflexionar sobre él, dicho modelo, la eficiencia pedagógica de estos instrumentos será bastante limitada. En parte porque la reducción de la relación interpersonal entre docente y alumno, dificulta la percepción por el primero de las dificultades del segundo, y en parte porque los contenidos o la estructura de los mensajes didácticos pueden ser de dificil intelegibilidad para el destinatario.
9. Entendemos que, para que un mensaje de comunicación pedagógica lo sea en términos reales, los contenidos, el nivel, los códigos, el orden y el momento de intercambio, deben ser o bien consultados o bien acordados con el destinatario, o establecidos en función de sus características.
Pero si estos elementos son consultados y analizados con el futuro usuario, éste ha dejado su papel pasivo y se ha transformado en un interlocutor activo para la construcción de los mensajes. Hemos abandonado el modelo anterior y comenzamos a utilizar un modelo de real comunicación pedagógica: Interlocutor-Medio-Interlocutor.
10. Este modelo presenta una gran ventaja: la eficiencia de los mensajes debido a su mejor adecuación al destinatario. La construcción de mensajes pedagógicos que toman en cuenta como interlocutor al alumno, asegura su claridad, inteligibilidad y por lo tanto una fácil comprensión y posterior asimilación.
11. Todo mensaje requiere de un tratamiento, un soporte, para llegar al destinatario. Es decir, todo mensaje requiere de un proceso de producción, un sistema de conservación y transporte, y un sistema de reproducción.
En la educación tradicional, el tratamiento habitual era la relación interpersonal (sonora, hablada), y los sistemas de tratamiento gráfico-literario (pizarra, libros).
Hoy encontramos disponible un abanico de sistemas técnicos de producción, conservación y reproducción de mensajes pedagógicos: los más significativos son los sonoros, magnetófono o tocacintas, y los audiovisuales, video. Para ambos existen tecnologías disponibles de transporte de los mensajes, que van desde las cintas electromagnéticas, enviadas por correo, hasta los sistemas de transmisión mediante satélites, en su mayor parte ligados a la Red.
12. Creemos que un sistema de educación a distancia, además de operar sobre la base de un rediseño de los textos habituales para adecuarlos a las nuevas circunstancias de su uso, debe investigar operativamente el uso de otros tratamientos.
En particular, y a partir de nuestra experiencia, creemos que los medios audiovisuales enfocados con una concepción pedagógica y con criterios didácticos, son un valioso instrumento en los procesos de enseñanza destinados al aprendizaje. El problema que plantean es que nuestra cultura audiovisual proviene del cine y la televisión, dedicados a la transmisión de información básicamente afectiva, y existen pocas experiencias del uso de estos instrumentos para compartir información cognoscitiva, científico-técnica. Por ello muchos de los mensajes presuntamente destinados a funciones didácticas, tienen tratamiento audiovisual de carácter manipulatorio y utilizan códigos eminentemente connotativos, polisémicos, lo que tiende a reducir su eficiencia pedagógica.
El desafío que se plantea a los docentes en el área de la educación a distancia, se encuentra en el manejo pedagógico de instrumental que, hasta ahora, ha sido utilizado para otros fines.
13. Pero si queremos optimizar las potenciales ventajas de la educación a distancia y reducir sus limitaciones, en el caso de los sistemas audiovisuales debemos diferenciar en forma clara la televisión del video u otros tipos de soporte como el disco compacto. La emisión de un programa didáctico por canal abierto, o circuito de satélite, pierde la ventaja del respeto por los ritmos propios individuales y mantiene la desventaja de la falta de respuesta inmediata a las posibles preguntas del alumno. El video, o el disco, por otra parte, facilitan los ritmos propios de los estudiantes, permiten la reiteración de la observación y sufren menos por las perturbaciones o ruidos externos.
14. De nuevo aquí aparece la necesidad de no usar los soportes audiovisuales como meras reproducciones de una clase interpersonal, sino de transformar la clase tradicional para utilizar al máximo las ventajas del nuevo tratamiento y reducir sus limitaciones. Como mensajes para procesos de educación a distancia, deben ser procesados para obtener estructuras didácticas funcionales y eficientes en las nuevas condiciones.
Entre los numerosos y sustantivos cambios que deben aparecer en el nuevo tratamiento del mensaje pedagógico, el que quizá resulte más llamativo es la posibilidad, y aún la necesidad, de eliminar el docente como emisor interno. En su reemplazo deben aparecer las imágenes de la realidad, las maquetas, las gráficas, y las experiencias que mejor permitan comprender lo que la locución externa del docente está tratando de compartir con el alumno.
Desde luego, salvo para ciertos temas o para reconstrucciones históricas, la teatralización de los contenidos no es en absoluto recomendable. Significa una elevación notable de costos y, lo que aparece como riesgo pedagógico, la posibilidad de que el alumno atribuya al conocimiento el carácter de ficción que, inevitablemente, le confiere el tratamiento teatral.
El carácter connotativo, polisémico, de los mensajes afectivos, reduce significativamente su valor en los procesos de enseñanza destinados al aprendizaje. Como bien afirma Vigotsky "En la esfera de las emociones, donde reinan la sensación y el afecto, no es posible el entendimiento ni la verdadera comunicación, sino únicamente el contagio afectivo", afirmación que, trasladada al campo del aprendizaje como experiencia de juego, nos lleva a rechazar a partir de los ocho años de edad del alumno, el planteo del aprendizaje como momento lúdico. Y aquí es Piaget quién afirma "A fin de cuentas, jugar es la ley suprema del pensamiento egocéntrico".
15. Por desgracia, en casi todas las experiencias realizadas en el campo de la denominada "televisión educativa", el manejo instrumental fué puesto en manos de profesionales de la televisión, que trasladaron a éste ámbito sus criterios productivos y estéticos, provenientes del campo de la recreación o la manipulación. Nuestra experiencia nos llevó a formular un axioma: es más fácil enseñarle video a un pedagogo, que tratar, inútilmente, de enseñarle pedagogía a un profesional de la televisión.
Este axioma, que como tal no necesita demostración, pero que ha sido corroborado en la práctica, nos llevó a la formación de un nuevo tipo de profesional: el Pedagogo Audiovisual.
Y nos llevó, asimismo, a la propuesta e implementación de lo que hemos denominado Pedagogía Masiva Multimedial.
16. Todavía hoy son pocos los que están en condiciones de enviar y recibir mensajes audiovisuales con la calidad necesaria y de la duración adecuada mediante Internet, pero estamos seguros de que eso será posible, en la mayoría de los casos, a plazos breves o medios. Es necesario iniciar ahora las investigaciones operativas que nos proporcionarán los elementos requeridos para ser aplicados cuando el ancho de banda o sistemas de compresión mejorados lo permitan.
17. Debemos analizar algunos aspectos técnicos en forma detallada. Existe una diferencia de tratamiento, en cuanto a normas de legibilidad, márgenes de seguridad y contrastes, entre el tratamiento formal que se da a un mensaje que será recibido por interlocutores individuales, en forma aislada, y el necesario para una observación grupal.
18. Es claro que uno de los factores limitantes de la educación a distancia, la carencia de procesos de socialización entre alumnos, puede ser superado, o paliado, mediante la formación de grupos de contacto que permitan una discusión previa de cada tema, antes de llevar algunas de las conclusiones, o preguntas, al profesor.
Hacerlo así sería también un freno a la saturación del diálogo individual de cada alumno con el profesor, que podría llegar a transformarse en un elemento consumidor de tiempo, o a reducir ese diálogo a una mera formalidad.
19. En todo caso, no se hace educación a distancia tomando un texto, partiéndolo en fascículos y enviándolo, por correo tradicional o electrónico, al destinatario. La educación a distancia, si no quiere anquilosarse aún antes de lograr un desarrollo sustantivo, requiere de investigaciones operativas rigurosas y de prueba de modelos diversos. De más está decir que la colaboración de los informáticos es importante, pero sin olvidar que esos profesionales manejan la transmisión de datos entre máquinas, y la educación a distancia implica el intercambio de signos entre conciencias. Basta ver la mayoría de las páginas que aparecen en Internet para comprobar la necesidad de que en su diseño participen comunicadores pedagógicos. En síntesis, valorando altamente el papel que los nuevos instrumentos pueden desempeñar en los procesos de educación a distancia, debemos “priorizar las neuronas sobre los electrones”.
20. Otro aspecto fundamental que no siempre es tomado en cuenta es cómo la especificidad de ciertos contenidos conduce, casi obligatoriamente, a la necesidad de relaciones presenciales. Ya no para tener el cuenta el dicho “Si lo oigo, me olvido; si lo veo, me acuerdo; si lo hago, lo aprendo”, que no deja de reflejar aspectos sustantivos de los procesos de aprendizaje. Existen temas en los cuales la ejercitación es, básicamente, de escritura y lectura. Pero tambien nos encontramos con aquellos en los cuales la realización de ejercicios y de trabajos prácticos mediante el manejo de instrumentos y herramientas toma un papel importante. De ahí que cuando hablamos de educación a distancia, no podemos dejar de considerar, en varios casos determinados, la necesidad de situaciones presenciales. Son aquellos casos en los que la adquisición de destrezas psicomotrices requiere de un elevado nivel de tuición y de consejo directo, o aquellos en los que se requiere disponer de equipos y materiales que no pueden estar en manos del alumno sin la presencia del docente, sea por su elevado costo o por los riesgos inherentes a su manejo.