En este breve documento trataremos de exponer algunas características de la propuesta de Pedagogía Masiva Multimedial, comparándolas a veces con las que presentan las prácticas habituales de
enseñanza, sea ésta de tipo formal o informal.
- En principio debemos ubicar la Pedagogía Masiva Multimedial, PMM, en el contexto de los principales tipos de mensajes destinados a apoyar o generar desarrollo. Se entiende que el desarrollo, a diferencia del crecimiento, la industrialización, la mecanización, la urbanización u otros factores con los cuales se lo confunde, es la mejora sustantiva de la calidad de vida biológica, cultural y afectiva de todos los seres humanos. Mejora que debe respetar un marco de sustentabilidad, Ecológica, Energética, Económica y de Equidad. Los mensajes sustantivos, aunque no únicos, para esta propuesta son tres de Comunicación: Pedagógica, Científica y para la Organización Participativa. Y tres de Información: de Mercado, Tecnológica y Social (cultural, afectiva, social y política). La propuesta de PMM tiene que ver con el primer tipo de mensajes de comunicación. Estos mensajes están dedicados a compartir el insumo denominado “saber”, como integración de elementos de la sabiduría tradicional y el conocimiento científico más reciente. Este insumo es básico para la generación del desarrollo y tiene características particulares: es capital intangible, lo que dificulta a veces su valoración; sus resultados son mejor percibidos a mediano y largo plazo; es el único insumo que crece con el uso, en vez de agotarse como sucede con los demás insumos; es abundante y gran parte del mismo aún no ha sido patentado; y tiene el rasgo fundamental de ser inexpropiable.
- Una primera diferencia de la Comunicación para el Desarrollo con otras propuestas de sedicente comunicación, se encuentra en el modelo teórico que la sustenta. En las prácticas pedagógicas que generalmente se practican subyace un modelo teórico de Emisor-Medio-Receptor. Es un modelo creado, como Teoría de la Información, durante un conflicto bélico y servía para dar órdenes. Del que manda, al que obedece; del que tiene poder, al desposeído; del que ordena, al que acata. De ahí la incorporación de códigos de la jerga militar, como “público blanco” u “objetivo”, o “impacto”. Y en este modelo el Comunicador Pedagógico se localiza supeditado al Emisor, el Medio es definido por el mismo y el Receptor es un objeto pasivo (público blanco u objetivo) al cual se disparan, como a cualquier objetivo, los mensajes del Emisor. Y los contenidos del mensaje, los códigos en los cuales se expresa, las estructuras de relato que narran los mensajes, el nivel de los mismos y el momento de la emisión, son definidos por el Emisor. El Emisor es activo y lo sabe todo; el Receptor es pasivo e ignora todo. La prueba del aprendizaje es la mera repetición por parte del Receptor de los mensajes recibidos, en los momentos y frecuencia definidos por el Emisor. En la propuesta de la Pedagogía Masiva Multimedial se parte de un modelo teórico de comunicación muy diferente: Interlocutor-Mensaje-Interlocutor.
El Comunicador Pedagógico se sitúa, manejando los Medios, entre ambos universos de Interlocutores. El minoritario de los decisores, políticos o científico-técnicos, y el masivo de los sujetos de desarrollo. El, o los Medios, que se usan son definidos en función de características del Interlocutor masivo y de los contenidos y, aunque utilizamos tecnologías de última generación, seguimos “priorizando las neuronas sobre los electrones”. El sujeto de desarrollo, como interlocutor, es activo y colabora o es tomado en cuenta en la elaboración de los mensajes. Y los contenidos, códigos iniciales –que deben ser monosémicos-, nivel inicial, estructura de relato y momento de intercambio de los mensajes, son establecidos con, o en función de, los interlocutores masivos. Por último, la evaluación del aprendizaje se realiza mediante la puesta en práctica de los conocimientos compartidos. El sujeto es tratado como Interlocutor en la etapa de producción de los mensajes, como Participante en el momento de su intercambio, para devenir Usuario del contenido de los mismos en la etapa final. Es necesario aclarar aquí el sentido que damos al término “participar”. Entendemos que participar es obtener o recuperar espacios de poder social que han sido negados o expropiados, y no simplemente poder hablar, o aún votar, sobre un determinado tema.
- La propuesta de la Pedagogía Masiva Multimedial incluye, como base elementos de masificación y democratización. Pretende que el mejor “saber”, procesado de la mejor manera, por los pedagogos mejor formados, mediante los instrumentos más adecuados a la temática y a los sujetos a los que se dirigen los mensajes, estén a disposición de la mayor cantidad posible de Interlocutores masivos. Este elemento incluye un factor de racionalidad, ya que la masividad permite asegurar elevados niveles de eficiencia económica y social.
- La propuesta de PMM utiliza un modelo teórico de aprendizaje que condiciona y modela el de enseñanza. Este modelo toma en cuenta el conjunto de procesos perceptivos que llevan desde un estímulo que procede del exterior, sea electromagnético como la luz o mecánico como el sonido, hasta la conformación de un precepto en el neocortex. Se parte de la constatación de que el sistema nervioso, no más del 2 al 3% de la masa corporal, recibe el 25% de la sangre que bombea el corazón y consume el 23% de toda la energía que consume el cuerpo humano. Por lo tanto cuando no se facilitan ni la percepción ni la comprensión de los mensajes pedagógicos, se incrementa el consumo de energía y aparece la fatiga. Y la fatiga es el mayor enemigo de la comprensión y del aprendizaje. El modelo opera sobre la base de la existencia de las redes neuronales plásticas, que son las encargadas del aprendizaje, y de la existencia de redes de tipo aferente, desde los terminales sensoriales hasta el Sistema Nervioso Central y de redes eferentes, desde éste hasta los terminales que se inervan en los músculos. Parte del principio de que, si bien existen en el sistema nervioso algunas áreas especializadas, el cerebro opera con un alto nivel de redundancia. Cada nuevo estímulo, transformado en señal nerviosa, es procesado por diversas redes que establecen nuevos contactos sinápticos, con el consiguiente gasto de energía. El resultado final de dicho procesamiento puede ser el establecimiento de un nuevo circuito neuronal, equivalente al nuevo concepto. El modelo incorpora los conceptos básicos de relación señal/ruido (S/R), de densidad del mensaje, y de estética pedagógica. Está claro que si resulta que un estímulo no lleva información, es un ruido. Pero su procesamiento ha requerido la misma cantidad de energía y produce la misma fatiga que la incorporación de un nuevo concepto. Está claro, también, que si la cantidad de información por unidad de tiempo es muy elevada –alta densidad- es posible provocar el bloqueo del aprendizaje. Del modelo se deducen pautas que hemos denominado “normas de producción”, “códigos pedagógicos” y “códigos audiovisuales”, que orientan la producción de los mensajes de tal manera que se incremente al máximo la relación S/R, se logre una densidad compatible con los más bajos niveles de fatiga, que quizá sea el peor enemigo del aprendizaje, y se proponen estructuras que faciliten la comprensión, otorguen verosimilitud y por ello credibilidad y, así, faciliten el aprendizaje de los contenidos del mensaje. El modelo, a partir del análisis del papel y la función de las redes neuronales eferentes, retoma el elemento de sabiduría existente en el dicho escuchado en el altiplano “Si lo oigo, me olvido; si lo veo, me acuerdo; si lo hago, lo aprendo” e incorpora actividades psicomotrices de diversos tipos como elemento básico del aprendizaje. El modelo, por último, establece una clara diferencia entre datos e información y tiene en cuenta los elementos y niveles de procesamiento que pueden transformar los primeros, datos, en los segundos, información. Es decir los datos deben ser manejados o procesados de tal forma que cumplan las siguientes condiciones:
Oportunidad, Capacidad predictiva, Fiabilidad (o indicación del margen de error), Accesibilidad, Intelegibilidad y Utilidad. Si no las cumplen son datos, no información.
- En los mensajes pedagógicos se prioriza el “valor de uso” sobre los valores de cambio y de signo. Es decir, nada en los contenidos de los mensajes puede ser superfluo o gratuito. Todos los contenidos deben tener un elevado nivel de utilidad para el sujeto en función del cual se los eligió. La propuesta exige que a los contenidos de tipo técnico, el “cómo” hacer las cosas, se los acompañe con el “por qué” científico en que se fundamenta el “cómo”.
El modelo se aparta de las tesis conductistas y de la educación por objetivos, ya que busca contribuir, con los mensajes pedagógicos producidos y en uso, a la conformación de una conciencia científico-crítica, que supere el nivel de conciencia mítico-mágica que solemos encontrar, además de dotar a los participantes de medios, instrumentos y herramientas que faciliten sus procesos productivos, sean ellos físicos o intelectuales, para lograr elevados niveles de racionalidad y de eficiencia en sus actividades como sujetos críticos y reflexivos. No se trata de amaestrar productores, sino de educar ciudadanos conscientes.
- Toda actividad pedagógica debe finalizar con la realización de Trabajos Prácticos que incluyen la producción de mensajes y su uso con los destinatarios. O bien la prueba de una propuesta tecnológica, sea ella productiva, organizativa o sanitaria que debe dejar un resultado concreto y replicable por los participantes en el curso. Ello obedece a diversas razones. En primer lugar creemos que ejercitaciones que no son sometidas a prueba en la realidad y que simplemente son analizadas por el cuerpo docente, carecen de valor como elemento de medida del aprendizaje. En segundo término, el participante en una actividad pedagógica debe comprobar, mediante el uso de lo aprendido, si en realidad aprehendió los contenidos, si puede aplicarlos a la realidad y si los resultados coinciden con lo postulado teóricamente. En tercer lugar, en muchos de los procesos, el participante debe constatar si la propuesta que se le ofrece, en términos técnicos e intelectuales, es una propuesta “apropiable”, es decir, si puede apropiarse de ella en términos de capital, de operación y mantenimiento, y en términos culturales y ecológicos. Está claro que existe una diferencia grande entre la realización de “ejercicios” para adquirir las destrezas psico-motrices requeridas, -y lograr que los instrumentos estén al servicio del pedagogo y no el pedagogo al servicio de los instrumentos- los Trabajos Prácticos que se realizan para iniciar a los participantes en el uso de los instrumentos, y el Trabajo Práctico Final, que debe llevar los mensajes producidos a los destinatarios o Interlocutores masivos. Por último, pero no menos importante, estas acciones requieren la puesta en actividad de la mayor cantidad de redes neuronales plásticas, lo que refuerza el aprendizaje. Y hay que tomar en cuenta que si no existe una actitud afectiva favorable al aprendizaje, éste se ve seriamente comprometido.
- Los procesos pedagógicos de la propuesta se realizan a dos niveles diferentes: el de los usuarios indirectos, que son los procesos de formación de Comunicadores para el Desarrollo, Pedagogos Multimediales y Capacitadores Multimediales. Y el de los usuarios directos, que son los sujetos de desarrollo o Interlocutores masivos. En ambos casos se respetan los mismos principios teóricos, pero se da una fuerte diferencia en cuanto a la intensidad de los procesos. En el caso de los usuarios indirectos, la intensidad es muy elevada. Se opera con jornadas de 12 a 14 horas, durante periodos de uno y medio a tres meses. Además del marco teórico que busca establecer los conceptos de Comunicación y de Desarrollo, se busca lograr que los participantes alcancen un conocimiento de los principios científicos en base a los cuales operan los equipos. A partir de ahí se trata de lograr un manejo correcto, con un claro conocimiento del potencial y de las limitaciones, para finalizar con el uso pedagógico de equipos que no fueron diseñados para este objetivo. En las primeras etapas se cuenta con un instructor cada tres participantes y en las etapas avanzadas los docentes se van retirando para dejar a los participantes con elevados niveles de autonomía. Se busca que en las últimas etapas se opere en condiciones muy similares a aquellas en las que trabajarán en sus prácticas profesionales, es decir, con independencia y asumiendo todo el control y responsabilidades del proceso productivo. Se trabaja en condiciones de internado.
- En el caso de los usuarios directos, que llamamos participantes, interlocutores o usuarios, el sistema es muy diferente. El horario lo fijan ellos, del mismo modo que determinan el lugar de la actividad. En general una clase ocupa tres horas de tarea. Los primeros quince minutos son de introducción al tema del día y la respuesta a posibles interrogantes de la clase anterior. A continuación se observa el componente de vídeo del Paquete Pedagógico Multimedial, repitiéndolo si fuera necesario. Las clases audiovisuales no duran más de quince a dieciocho minutos. Siguen treinta a cuarenta y cinco minutos de estudio de la Cartilla del Participante, con la discusión grupal de los contenidos y el refuerzo del docente para adecuar los contenidos generales a las especificidades locales, y el resto del tiempo se dedica al trabajo práctico. Se busca, en la medida de lo posible, que haya una clase diaria y que su horario no perturbe las tareas productivas de los participantes. Ya que la primera clase de cada Paquete explica el problema que sus contenidos encaran, así como la metodología que se utilizará, en toda la larga historia de uso de los Paquetes, nunca se produjo abandono. Es más, es frecuente que después de la primera clase aumente el número de participantes ya que se da a conocer lo que expresaba un criancero caprino después de oir lo que decía su hija tras asistir a la primera clase, a la que se había negado a asistir con diversas disculpas: “no, decidí venir porque la hija me dijo que esto no era “hueveo”, que iba en serio”.
- En el caso de los cursos de Formación la elevada carga horaria se ve relativizada por el uso de elementos diferenciados. Exposiciones con discusión grupal; observación y análisis de programas pedagógicos audiovisuales; estudio individual de documentos; estudio y análisis grupal de documentos; realización de ejercicios y análisis grupal de los mismos; realización y análisis de Trabajos Prácticos y, por último, producción de los mensajes y uso de los mismos con los interlocutores masivos. Además los participantes operan en grupos de tres, cuya composición varia con frecuencia, así como son diferentes los instructores que atienden a cada grupo. Estos elementos, más el hecho de producir y usar mensajes, como resultado del aprendizaje, generan actitudes sumamente positivas y hacen que la intensidad sea más bien una ayuda que un obstáculo.
- El hecho de tratar a los alumnos como Interlocutores o Participantes, lo que significa recuperar sus conocimientos e integrarlos al curso, y el reconocimiento explícito de los campos de ignorancia de los docentes, generan una relación democrática sin que los docentes dejen de lado su papel de conducción del proceso. La afirmación de que “quienes más aprenden en el Curso son los que lo dictan” provoca inicialmente sorpresa, hasta que se hace posible comprobar su veracidad, ya que las dudas, preguntas, errores y aportes de los participantes son más útiles para los docentes, ya que están en mejores condiciones de reflexionar sobre los mismos y buscar respuestas. Es claro que hemos estado hablando de educación de adultos, aunque creemos que la mayor parte de lo que postulamos y usamos podría aplicarse también a otros segmentos etáreos con lo cuales aún no hemos trabajado, como por ejemplo los jóvenes.
- Estas propuestas han sido experimentadas en procesos de educación no formal y para adultos, pero entendemos que sus principios básicos, de carácter científico, tienen validez en cualquier propuesta educativa, independientemente de su nivel de formalización y de las condiciones más o menos particulares de los procesos. Una municipalidad, un colegio de profesores, una asociación de docentes, o cualquier otra organización vinculada al tema de la información, la educación o la capacitación, puede formar grupos pequeños, con el equipamiento básico, que estén en condiciones de producir los mensajes y/o paquetes pedagógicos multimediales que su entorno social requieran. Y es necesario hacer notar que el equipamiento, otrora un factor limitante por sus costos, es hoy accesible aún a organizaciones o grupos con escasos recursos. El posible problema no se localiza en los equipos, sino en la formación del personal que debe elegirlos y utilizarlos. La tendencia a reproducir, en los programas audiovisuales de Comunicación para el Desarrollo, las pautas formales y los modelos productivos de los medios masivos (televisión) es la vía más segura al fracaso. En general partimos del axioma de que “es más fácil y racional enseñarle video a un pedagogo, que tratar -inutilmente- de enseñarle pedagogía a un profesional de los medios”.